Presentación^^

He creado este blog para recibir críticas sobre mi pequeña novela. Al principio puede ser un poco liosa pero si se sigue leyendo se entiende. Si os pasais por aquí o la leeis mandadme un mensaje a mi tuenti:
http://www.tuenti.com/#m=Home&func=index
Besos!L

http://www.youtube.com/watch?v=Z0X5FlUnsh8

Este es el trailer del relato:)



miércoles, 12 de septiembre de 2012

5ºEntrada De Cuatro Estaciones Contigo:)


Una noche de verano, 19 de agosto.

Era una noche cálida  de verano, un 19 de agosto. Yo no conocía a Nuria, ella era una chica más del instituto, una de segundo de secundaria. Sí, era guapa, pero yo nunca me había fijado en ella. Nos llevábamos tres años, ella tenía trece recién cumplidos y yo quince para cumplir, dieciséis dentro de pocos meses. Un mes de octubre que no quedaba muy lejos. Estábamos en la feria, y agarraba a Marina por la espalda haciéndola sonreír, le decía cualquier tontería que se me pasaba por la cabeza con tal de que sonriera. La besé. Un beso dulce, con sabor a algodón como el que acabábamos de compartir. Vestía una falda de talle alto y una blusa de tirantes. Su piel morena resaltaba haciendo saber que había pasado las vacaciones en un bonito hotel cerca de la playa. Sus ojos eran azules como canicas. Parecía que se podía jugar con su mirada, parecía tan frágil, parecía una muñequita. Solo lo parecía. Pero no lo era. Y luego en aquella caseta, entre aquel montón de gente estaba ella. Una cría que hacía levantar miradas a su paso, que hacía temblar la pista de baile, pero en definitiva, una cría.

 

 

Mirando las estrellas …

Por un momento me acordé de que hacía tiempo que no había vuelto a llamar a sus amigas. Que nos habíamos unido por aquella razón, porque los dos estábamos solos. Muchas veces únicamente queríamos compartir las solitarias horas estando uno al lado del otro. Ese silencio era incomprendido para aquellas personas que nos habían abandonado cuando más las necesitábamos. Eran silencios en los que te cuestionabas donde estaría ahora él, que haría, si sentiría algo… te preguntabas si hiciste alguna vez algo para que se enfadara contigo o si aprovechaste todo el tiempo que estuviste a su lado. Eran silencios en los que te reprochabas por qué no hiciste esto o no dijiste lo otro y solo había una pregunta sin responder ¿Por qué él? Y aunque si tuviera respuesta era demasiado pronto para anunciarla a aquella persona que un día necesitaría saberla para continuar su vida.

 

 

Un extraviado mes de julio de mi  calendario …

Finalizaba la temporada, era nuestro último partido, nuestro último público en este año, nuestros últimos minutos jugando al fútbol. Era también nuestra última mañana con el Álvaro entrenador, luego seguiríamos viéndolo pero en una piel diferente la piel de amigo. Todo terminaba hasta el año siguiente, hasta que todo: entrenamientos, partidos, victorias, derrotas, goles… empezaran de nuevo el 15 de septiembre. Pero para mí era diferente, ya  que dejaba atrás a ese equipo, que tras un montón de años parecía quedarme pequeño. Yo cumplía ya los diecisiete y solo podía estar como público, solo para admirar como otros chicos seguían mi camino podía sentarme en las gradas.

La verdad no sabía si eran mejores todos esos momentos desde que era un niño, dispuesto a evitar cualquier obstáculo que se me cruzara en el camino para llegar a lo más alto del equipo de fútbol. Pero ahora que salía de mi equipo para enfrentarme a un mundo mayor, me daba miedo el no ser lo suficientemente bueno. Y por otra parte como siempre, estaba ella… irme de aquí significaría dejar de verla, que ella ya no siguiera mis partidos ni mis entrenamientos. Si repasaba los episodios de mi vida había cambiado muchas cosas por ella, había estropeado las cosas por ella, lo había dado todo por hacerla feliz, pero a ella, no a mí, por la sencilla creencia de que si ella era feliz yo también, pero cuando ella fue feliz de verdad con otra persona yo dejé de serlo por completo y supe que mi felicidad no era directamente proporcional a la de ella. Y ya estaba empezando a pensar que a lo mejor mirar esos ojos verdes y esos cabellos castaños con destellos dorados no me estaba haciendo bien. Pero como siempre yo no valía nada en mi vida y mi corazón era el que tomaba el rumbo y hacía girar el timón. Y esta vez como muchas otras, también la volvería a elegirla a ella.

 


Un 15 de septiembre en el que todo comienza a salir fatal.

Era 15 de septiembre, un día en el que todo comenzaba de nuevo, volvíamos a la rutina. Como cada quince desde que empecé a salir con Marina caminamos juntos por el paseo de la playa hasta llegar al instituto. Era septiembre pero todavía apetecía llevar tirantes y manga corta, puesto que el sol no nos dejaba respirar ni un momento. Lo veía todo brillante a mi alrededor, no me daba cuenta de que su mirada estaba muy apagada, de que su azul ya ni brillaba, de que su sonrisa ya no iluminaba, pero sobre todo no me daba cuenta de eso porque desde hacía tiempo me había acostumbrado a vivir con la luz de los ojos de Nuria, con su sonrisa que parecía pintada con rotulador permanente en mis recuerdos. Marina, lo sabía o por lo menos lo podía intuir.

Llegamos a la puerta del colegio y entre todo el ruido que se montaba cada año se escuchó su risa. Me dediqué a ladear la cabeza de un lado al otro buscándola. Me alteraba el no encontrarla y me olvidé por completo de que aquella que estaba a mi lado comenzaba a dejar salir las lágrimas que los últimos meses había aguantado. Cada vez que salíamos lo único que me dedicaba a hacer era estar a su lado mientras mi mente volaba reproduciendo la risa, el rostro y el cuerpo de Nuria aquella noche de verano en la feria, donde me fijé en ella por primera vez. Y mientras tanto Marina me había soportado pensando que tal vez esto fuera pasajero. Pero se estaba dando cuenta de que no.

Lo último que deseaba en ese momento en el que la vi llorar por última vez, fue que algún día llegara a perdonarme, llegara a pasar por mi lado y por mi casa sin tener que agachar la cabeza y cerrar los ojos para no verme, lo único que deseaba era que un día no muy lejano llegara a perdonarme por todo este daño… Me sentí egoísta, nada más pensando en mí en lo que yo deseaba, y ella ¿qué es lo que quería ella? Hacía tiempo que había dejado de hacerle esa pregunta. Hacía tiempo que solo pensaba en mí, y sobre todo, en Nuria.